CAPITULACIONES
DE SANTA FE
Las capitulaciones eran un contrato firmado
entre los monarcas y particulares para la realización de distintas operaciones
o acciones, pero dicho contrato no tenía un carácter bilateral sino que era
más bien una concesión y una merced de uno para con el otro, es decir, un permiso
real que le proporcionaba al particular exclusividad en la misión encomendada,
concretamente, en este documento que nos ocupa se recogían los acuerdos
alcanzados entre los Reyes Católicos y Cristóbal
Colón sobre la expedición para encontrar una ruta que llevase a
las Indias (las de Asia) a
través del océano Atlántico, es decir,
navegando hacia el oeste.
El 17 de abril de 1492 se firmaron las capitulaciones de Santa Fe. Llamadas así porque fueron firmadas en la localidad
granadina de Santa Fe, cuartel general
cristiano durante el asedio de los Reyes Católicos contra el último
vestigio de poder musulmán en la Península.
En las Capitulaciones de Santa Fe se
otorgaba a Cristóbal Colón lo siguiente: El título
vitalicio y hereditario de Almirante de la mar oceánica, el título de virrey y gobernador
de las tierras que descubriera, el derecho a percibir la décima
parte de todas las riquezas y mercancías obtenidas en la empresa, la autoridad para intervenir y
decidir sobre los problemas que se originasen en cuestiones de riquezas y el
derecho a contribuir sin preguntar a nadie con la octava parte de los gastos de
cualquier expedición, a cambio de recibir luego una parte similar de los
beneficios obtenidos.
A pesar de todos estos acuerdos y
concesiones Cristóbal Colón murió sin ser rico, logró gran cantidad de derechos
y privilegios, pero sin llegar a juntar una fortuna como podría ser de esperar.
Por ello sus hijos tuvieron que emprender una lucha judicial sin fin para
materializar esos derechos hereditarios derivados de estas capitulaciones y
recuperar algunos que le fueron posteriormente anulados, son los conocidos
como Pleitos colombinos.
Un hecho a resaltar es que en el
encabezamiento de las capitulaciones se hace referencia a que todo lo acordado
afecta a “lo que ha descubierto en las Mares
Océanas y del viaje que ahora“, es decir, según este documento ya se
había descubierto algo, razón de peso por la que quizás los Reyes Católicos
aceptaron las desorbitadas pretensiones del genovés. De aquí se deduce la
seguridad que tenían sobre que se iba a encontrar algo al tener conocimiento
sobre ello, quizás la única duda era qué era exactamente lo que se podría
encontrar y cuánto sería el beneficio.
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